Soy dueño de un inmueble y deseo venderlo por mí mismo.
Esto es algo muy común en la vida de una comunidad o ciudad, país o continente. En la mente de algunas personas puede surgir la idea de vender su casa o algún inmueble del que son propietarios, por sí mismos y sin la intervención de algún profesional en bienes raíces. Hay quien puede pensarlo y realizarlo, en muchos de los casos, no sin antes pasar por un proceso complicado y turbulento y lleno de riesgos e inconvenientes. El acto de vender un inmueble es algo que merece y demanda respeto por parte del público consumidor, en él entran en juego ciertas habilidades, destrezas y conocimiento especializado en diversas áreas tales como valuación, cuestiones legales y jurídicas, fiscales, comerciales y de marketing, capacidad de negociación y experiencia en el tiempo en transacciones inmobiliarias, que por lógica elemental no las tiene el propietario del inmueble al no ser la actividad inmobiliaria el área de su dominio en su día a día, y que sí lo es y las tiene un profesional inmobiliario con formación, entrenamiento y experiencia en su negocio y profesión inmobiliaria y que por si esto fuera poco también cuente con el respaldo de una firma internacional mucho prestigio en bienes raíces, con tecnología, sistemas y procesos de vanguardia, todos ellos enfocados para brindar el mejor servicio posible al cliente y que dejen una experiencia memorable y perdurable en la mente y la vida de las personas.
En el mundo actual globalizado y en constante cambio y evolución en el que vivimos, donde la especialización en todas las actividades productivas y de negocios es una de las variables de la modernidad, emerge de todas partes la necesidad y conveniencia para el propietario de tener y contar con un especialista inmobiliario para velar por sus mejores intereses en la promoción y venta de su propiedad inmobiliaria.
¿Estaría usted dispuesto a abordar un avión piloteado por una persona que puede ser cualquier cosa menos piloto aeronáutico? o ¿permitir ser intervenido quirúrgicamente por un estudiante o pasante de medicina? o ¿en asignar para la educación de sus hijos a maestros o educadores sin formación, conocimiento, principios, ni ética profesional?
La sabiduría popular reza “zapatero a tus zapatos”. El propietario de un inmueble por querer ahorrarse el pago de una comisión u honorarios a un profesional inmobiliario no es consciente de la vital importancia de que no vale la pena poner en riesgo su patrimonio familiar. En última instancia y de acuerdo a la experiencia, el comprador de su inmueble es quien pudiera resultar beneficiado por la no contratación de un profesional inmobiliario que se haga cargo de su operación inmobiliaria y de todo lo que en ella interviene y conlleva. Lo que el propietario se habrá ahorrado de la comisión del profesional inmobiliario, muy seguramente se lo habrá de reducir al comprador en el precio de su inmueble y quizás, a la postre, terminará recibiendo menos dinero del que pudiera haber recibido con la intervención de un profesional en bienes raíces que lo asesore de forma integral y profesional en todo el proceso de venta de su inmueble, amén del desgaste emocional y tiempo perdido o invertido en promover su propio inmueble con todo tipo de posibles interesados y en algunas ocasiones, hasta poniendo en riesgo su seguridad e integridad física y la de su familia.
No olvide que lo barato sale caro, proteja su inversión inmobiliaria y su patrimonio familiar, que seguramente, mucho esfuerzo le ha costado conseguirlo a usted y su familia.
Si es usted propietario y piensa vender su inmueble, no dude en contratar a un verdadero Profesional Inmobiliario.
Antonio González López / Asociado KW Pedregal
Celular: 55 3621 2889
Email: antonio.gonzalez@kwmexico.mx
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